domingo, 8 de septiembre de 2013

Lamentos Octosilábicos

Algo más tiene que haber
en esta rara existencia
que la inclemente dolencia
que tortura y muerde al ser.

Entre plásticos suspiros
se nos escapa la vida:
la rutina con sus giros
al alma deja exprimida.

Abunda la irrelevancia,
se ha perdido lo importante:
el sable mató a la rosa
y el vulgar al elegante.

Hay quienes aún insisten
en tal tragedia ignorar:
son mentecillas que existen
siempre reacias a pensar.

Avanzamos sin notarlo
por un carril inquietante
donde siempre al más pensante
intentarán apartarlo.

Las metas que nos impone
esta locura moderna
asquearán a quien razone
sobre la idiotez eterna.

¿Qué podría yo decirles
respecto a esta reflexión?
Que mucho sufre quien mira
al mundo con indignación.

Aunque es malo resignarse,
no le veo otra salida,
y es que se amarga la vida
el que no hace más que enfadarse.

Sin embargo es cosa triste
vivir en desilusión
de toda linda promesa
que esperanzó al corazón.

Libertad: ¡qué vano sueño,
qué engaño tan vil y cruel!
Que libre sólo es el aire
y no yo, ni usted, ni aquél.





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